jueves, 4 de noviembre de 2010

De cómo Barcelovia volvió a casa por primera vez

El fin de semana pasado estaba marcado en el calendario. Un puente más que aprovechable para poder volver a casa, a Casa con ce mayúscula. No es que aquí lo pase mal, ni mucho menos, y bien es cierto que tenía ganas, pero no tantas como podía imaginar en septiembre. Me alegro y estoy muy feliz de mi adaptación a esta ciudad y a esta gente. De momento le pongo pocos peros.

El caso. Era momento de compartir los Santos con familia y amigos. Valleruela y Segovia. Y no falló. Quizás porque ahora veo Segovia desde un poco más lejos, quizás porque empezar de cero te obligue a ser más tolerante, quizás porque, al ser solo tres días, había que aprovecharlos a tope. Y por eso no faltaron comidas tranquilas en el pueblo, cañas con pincho de la Dili, partidos del Athletic y noches de Sabatt. Ni quiero ni puedo olvidarme de la gente de Los Claveles, no sabeis como valoro ahora esas copas.

Y estoy feliz. Por entender mejor a los que antes compartían mis días (ahora también gracias a esto que llaman internet), por ser más comprensivo y ver que pararse en gilipolleces no vale absolutamente de nada y en definitiva por quererme, por valorarme. Faltaba un poco eso, la verdad.

3 comentarios:

  1. No se puede tener todo, además no había partido, friki!

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  2. es alejarse, para poder ver las cosas con perspectiva, es partir, para saber que lo esencial lo teniamos cerca. (desde la experiencia compartida y vivida en estos momentos) animo que este finde semana, cyl se instala en barna. Acordaos de mi y queredeme en la distancia.

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