domingo, 24 de octubre de 2010

De cómo ya no sorprende vivir junto al mar

Ayer salí a correr. Hablando con Curro sacamos un recorrido que me llevaría Paral·lel abajo hasta la estatua de Colón, donde doblaría para hacerme el paseo marítimo hasta la Barceloneta. Y antes de ir a cenar con los del master, ipod en brazo, salí corriendo desde Reina Amalia. La verdad es que estoy más que sorprendido de mis logros, aguanto mucho más que antes y no me desfondo. Al final corrí hasta la Opium haciendome un sprint de 500 metros. Estuvo bien y creo que repetiré. Fijo.

Y no. No sorprende vivir junto al mar. Si eres de tierra adentro como yo, quizás entiendas lo que me pasaba. Esa obsesión por ver el mar cada año, de llegar a donde fuera, pon Alicante, ponle Gandía, ponle Asturias y tener que ir corriendo a la playa a sentir el mar. A olerlo, oler el ambiente, pisar la arena…Esas cosas. Quizás sea por la magia de lo no común, de lo no diario. Estoy casi convencido, ahora me atrae poco ir por allí y no he bajado tanto como me podía imaginar cuando aun estaba en Segovia.

Barcelovia tiene playa. Bueno, playas. Puede que vuelva mañana

lunes, 18 de octubre de 2010

De cómo Barcelovia ya encuentra su sitio

La semana terminó con una ensaimada mallorquina. Grande (como "sa" Helena, la que me la regaló). Y de chocolate.

Todo va fluyendo en Barcelovia y voy encontrando mi sitio, aunque a veces esto se parezca más a una Erasmus que a otra cosa. Me explico. El viernes hubo cenita en el piso del amigo Armando (cuasimédico segoviano que vive por aquí) con buena compañía y buenos líquidos. La NickHabanna no se hizo esperar aunque el nivel de saturación era importante. No duré mucho porque al día siguiente había que ir de resaca al master, que uno es un fiestas pero legal eh?

La primera MasterParty con la gente del curso fue en un primer piso de Nou de la Rambla (pegando a Ramblas, vamos). La cosa empezaba suave, con una cenita, música del Spotify para amenizar, risas y conversaciones paralelas...todo normal. Digo todo normal porque empezó a sonar el timbre y, poquito a poco, la casa se fue llenando de gente de mil lados, que si portugueses amigos de Miguel (el anfitrión), que si los amigos de Lydia (una del master), que si unos tios que les había molado la música que salía de la ventana...Y claro, nosotros, fiestas por naturaleza, tan felices. Empezabas a hablar con gente, te echabas unos chupitos (grande Miguel con ese José Cuervo tostado), un poco de lima y...Weeeeba!! Llegó la Guardia Urbana y a desalojar el local.
La locura continuó en Enfants (un local molt maco de aquí cerca) y de vuelta al piso de Miguel, entre bicicletas, gente que compra cervezas a los pakistaníes por la calle, risas y demás. Volví, como no podía ser de otra manera, de mañaneo y con ElPaís bajo el brazo, siento no tener foto.

El domingo el plan fue más light y la casa de Helena (hache, para los amigos) fue un improvisado cine donde ver Asesinato en 8mm, muy mítica y gore a la par.

Por lo demás la cosa fluye, entre viajes al DíaRavalistán, ejercicio en Can Ricart (el gimnasio del barrio), ir a currar a las prácticas (genial, he de reconocer, un equipo muy joven dónde se respira el buen ambiente) y a leer bastante.

Mi habitación va estando más decorada aunque le faltan cosicas. Pero después de mil viajes a la ferreteria a por tacos del 5 y que fueran del 4 y finalmente del 6 (Te vemos todos los días aquí, noi!) creo que echaré un poco el ancla. Por cierto, quería rodear mi ventana con unos vinilos de colores, pero no me viene la inspiración, así tipo gama cromática. Sugerencias serán bien recibidas.

El miércoles me voy a ver al Barça. Sí, sí, contra el Copenhage. Sí, sí, en Champions. Jejejeje.

Me despido, con la boca medio llena de la ensaimada de Hache. Gran mallorquina, y gran ensaimada. Visca ellas.




Entrada para el Barça-Copenhage (dejarse llevaaar
suena demasiado bieeeen...)

sábado, 9 de octubre de 2010

Despegue en 3...2...1!

Hace bien poquito vi Apolo 13. Para el gracioso no, no vi las doce anteriores. La verdad es que pasé un buen rato aunque no es de las mejores de Tom Hanks, tiene curiosidades que son dignas de cotillear por internet.

Esta noche yo me meteré en el Apolo. Y creo que lo haré sin oxígeno extra ni tripulación para no modificar las conclusiones. Y como no es lo mismo contarlo que vivirlo, esto es parte de 21 días viviendo en Ravalistán.

sábado, 2 de octubre de 2010

Empezar

Los comienzos son duros y en Barcelovia la cosa no iba a ser muy diferente. Se cumple la primera semana de mi llegada aquí, a un carrer del Raval y son muchas las experiencias, las conclusiones (algunas seguro precipitadas) y las cosas que se van viendo un poco más claras. No pretendo abrir los ojos de nadie, ni soy la primera persona que se emancipa en el mundo. Pero el que lo ha hecho sabe que los comienzos, como decía antes, no suelen rodar tan bien como quisiéramos.

El principio implica un poco de soledad, es complicado estar en un sitio (y más viniendo de donde vengo, con una calle dedicada única y exclusivamente a "chatear") sin poder pegar un toque para tomar unas cañas, o un café. Es realmente complicado verse un sábado noche aquí, escribiendo. Pero no es peor, que va. Hay libros, están los amigos del Kaleuche, un bar de argentinos debajo de casa (más que recomendado) y está conversar por aquí con todos vosotros.

Quedarse en esto sería muy negativo, por eso mi nueva semana será un reto. Será el momento de lanzarse al vacio y, una vez conocidos los engranajes, poner a andar a esta gran máquina que es la ciudad y que soy yo. Prometo que la semana que viene todo será diferente. =)